sábado, 11 de noviembre de 2017

LA IMPORTANCIA DEL ESTADO

El estado: de la violencia al interés

Hume no dudó en atribuir en origen a la violencia, un principio poco encomiable aunque históricamente contrastado. Los estados fundaron “ sin ninguna pretensión de libre consentimiento o sujeción por parte del pueblo”. Sin embargo resulta evidente que esta ausencia de legitimidad no propicia la rebeldía de los súbditos; más bien al contrario, lo observable es que la gran mayoría de la gente acata los regímenes y gobiernos que le han todo en suerte, salvo en casos de opresión intolerable.

El concepto y la acción que denominamos “justicia” y que en su acepción más sencilla peo quizá también más clara se refiere a la asignación a cada cual de cuanto le corresponde o pertenece, figura en sus textos como una “virtud artificial” cuyos prescritos no obedecen a ninguna ley superior ,sino a la utilidad de su puesta en práctica.

Si se me pregunta por la razón de la obediencia que hemos de prestar al Estado ,me apresuraré a contestar: “Porque de otro modo no podría subsistir la sociedad”; y esta respuesta es clara e inteligible para todos. La vuestra sería: “Porque debemos mantener nuestra palabra”. Pero aparte de que nadie no educado en cierto sistema filosófico puede comprender o encontrar de su gusto esta respuesta, os vereís en un apuro si os pregunto a mi vez: “ ¿ Porqué hemos de mantener nuestra palabra?”. Y no podréis dar otra respuesta que la que habría bastado para explicar de modo inmediato, sin circumloquios, nuestra obligación de obedecer.

El estado permite cumplir con más facilidad la inclinación de los individuos a poseer aquellos bienes que cree necesarios para su bienestar, aunque para alcanzarlos deban someterse a las normas que emanan de la autoridad..

Si el ser humano “tuviera la sagacidad para percibir suficiente en todo momento el fuerte interés que lo ata a la observancia de la justicia y la equidad… en este caso, nunca habría existido una cosa tal como el gobierno o la sociedad política, sino que cada hombre, al seguir su libertad natural, hubiera vivido en completa paz ya armonía con todos los demás.

Los puntos de partida de Hume y de Hobbes son muy similares por lo que a su concepción antropológica respecta.
El estado perdía su legitimidad – es decir su derecho a ejercer fuerza – cuando no servía para ,mantener el orden que garantizaba la seguridad de la propiedad y los intercambios económicos, o cuando obraba de una forma corrupta.


No hay comentarios:

Publicar un comentario