Ensayo de una definición filosófia de la Idea del deporte. Gustavo Bueno. Editorial Pentalfa Oviedo 2014 pps 163-165
Precisamente la filosofía de vida del espiritu olimpico
moderno toma a los hombres a la escala en la que se proyectan,no tanto como políticos,o
científicos,o artistas, o sabios, sino como sujetos corpóreos que a través de
su cuerpo musculado pueden lograr alcanzar la condición de héroes, gracias en
gran medida a las instituciones políticas o religiosas encuentran en este
espíritu olímpico un recurso muy útil para mantener a millones y millones de
ciudadanos, precisamente en un nivel desde el cual ,más se parecen a los indígenas primitivos.
Las incesantes programaciones de certámenes internacionales
en donde aparecen las naciones jerarquizadas,medidas,controladas,según una escala
internacional progresiva pero convencional,produce sin duda en esos ciudadanos
la impresión de que se encuentran inmersos en un sistema generado por la “ la Humanidad”,o generador de
ella.
Un sistema compacto y organizado,precisamente en función de
esa “religión muscular” que, sobre todo,en los deportes de riesgo,se aproxima
enteramente al heroísmo.
La dialéctica del nuevo espíritu del olimpismo como filosofía de vida,podría cifrarse en
algo que sólo aparentemente es una paradoja: que al presentarse como un nuevo
cauce soteriológico capaz de dar sentido a la vida de millones y millones de
sapiens,manteniéndose a distancia de los cauces soteriológicos tradicionales y
milenarios – el cauce político y el cauce religioso- , no tienen en cuenta que
la energía de la que se puede disponer es precisamente la misma que impulsa los
hombres que avanzan por el cauce político o por el cauce religioso,pero que pretenden ser desviadas de sus objetivos, precisamente
por el rechazo de sus consecuencias la
guerra o el fanatismo religiosos irracional,respectivamente.
Dicho de otro modo: el distanciamiento que propugna el nuevo
espíritu olímpico,como filosofía de vida,presupone la realidad en marcha
de estos cauces milenarios,el politíco y el religioso, a los cuales cree necesario
poner dique insalvables, que sean además capaces de hacer refluir la energía
que avanzaban por ellos para alimentar el propio espíritu olímpico como filosofía de vida.
Pero si tenemos encuenta que esta impresión de organización
mundial del “sistema compacto” de la Humanidad,organizado,medido,pesado y
calculado,se lleva a cabo mediante la aplicación de unidades artificiosas
(utilizadas en los medalleros,en las jeraquizaciones,en las estadísticas del
COI o de la FIFA) que no pueden de ningún modo aplicables más allá de lo que
ellos han medido o contado,podemos sospechar que se está produciendo, através
del espíritu olímpico o del ejercicio físico (no controlado gubernativamente, y
no lucrativo, es decir por tanto, através del llamado”tercer sector” de la
sociedad civil).
Un proceso de imbecilización, o de falsa conciencia,si se
prefiere,que asume el postulado según el cual el espíritu olímpico o la gimnasia
perseverante constituyen los verdaderos cauces para que los atletas,deportistas
o ejercitantes,encuentren el “sentido de la vida”.
Y sin embargo la situación podría compararse a la que al
parecer tuvo lugar (al menos parcialmente ) cuando el hundimiento del Gran
transatlántico.
Sin perjuicio de la agitación caótica que producía el oleaje
oceánico,la orquesta mantenía los intervalos representados en las partituras y
el ritmo necesario para que los músicos mantuviesen una “urdimbre terciogenética
intemporal” que tranquilizaba a quienes se estaban hundiendo con el barco entero.
Porque muhos habían llegado a crer que habían encontrado en
ese “momento musical” el “sentido de la
vida”.
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